17 julio 2007

Leyenda Maya, La mujer Xtabay



Bajo el alucinante resplandor plateado de la luna llena, desgarra la noche y la inmensa espesura el antiguo camino blanco de los mayas -sak beh-.

El silencio y la soledad exaltan los sentidos del viajero. Entonces, puede mirar a través de la luz lunar como de un calidoscopio. El paisaje es un mundo en donde existe más de lo que se ve. Si presta atención quizá pueda tener un espejismo de increíble belleza que le arrobe el corazón o que lo llene de temor y de espanto.

Fue en Sian Ka’an donde tuve estas alucinantes revelaciones: En las noches de luna llena el mar, el manglar y la laguna, parecen bajo algún encantamiento que los vuelve indescriptiblemente sobrecogedores.

Una de esas noches, di un breve paseo con los pies descalzos a la orilla del mar, había algo inquietante en las pequeñas lenguas de agua cargadas de espuma que lamían mis pies, un rumor como de alas brotaba incansable y casi inaudible del manglar, sombras pequeñas como de insectos rozaban mi cuerpo sin hacerme cosquillas, el rumor acompasado del mar era una interminable letanía que me invitaba a entrar, con sutileza, a un estado diferente de conciencia.

Mas tarde, ya en casa, el sueño llegó a mi como llegan los recuerdos antiguos; con un algo desconcertante:

Por el resplandeciente sak beh, se acercó a la ventana trasera con paso suave y acompasado, una hermosa mujer vestida de blanco, con largísimo cabello color azabache que caía suelto, flanqueando su rostro pálido y fino. Estaba triste y me miraba con dulzura. Alzó suave su mano y tocó la ventana.

Tres golpes secos y sonoros que resonaron en mi mente como la más contundente realidad.

Abrí los ojos.

Mi corazón galopaba a tropezones dentro de mi pecho impidiéndome respirar, no se oía mas que la cadencia inexorable del mar, ahí no había otro sonido, ni nada, ni nadie.

No podía moverme, miraba ora al techo, ora al resplandor de la luna o a las sombras de la noche, cuando logré sobreponerme me levanté de la cama y me dirigí a la ventana del baño, estaba abierta de par en par y por ella se colaba un viento lleno de presagios.

Aquel sueño extraño me dejó tan turbada que comencé a indagar y así di con la leyenda de la Xtabay:

Cuenta la Historia que dos mujeres habitaban el mismo pueblo, la Xtabay mujer desprendida y generosa aun en el amor carnal, se entregaba a los hombres fácilmente y la Utz Colel que guardaba celosa su virginidad y reputación pero que contaba con un corazón de piedra.

Al morir la Xtabay los animales de la selva protegieron sus restos por tres días. Cuando la gente del pueblo cae en cuenta de que Xtabay no aparece, fueron a buscarla.

Tan pronto estuvieron cerca de la casa se percataron de un deliciosos aroma que lo envolvía todo, al llegar al lugar se maravillaron de la respetuosa presencia de las bestias y de que el cuerpo de Xtabay exhalara un perfume tan exquisito, recogieron entonces los restos y con gran admiración les dieron sepultura. En la tumba de Xtabay crecieron unas singulares flores con las que se hace el licor de Xtabentun, que es tan dulce a los hombres como lo fueron en sus días los amores de la Xtabay.Al enterarse de tan extraordinarios acontecimientos Utz Colel dijo:

–Imaginen cómo olerá mi cuerpo cuando llegue la hora de mi muerte. Estén seguros que las flores que broten de mis despojos serán aún mas extraordinarias que estas. El día de mi partida será para ustedes una bendición igual que lo ha sido que me tengan aquí en vida.-

Todos cuantos la escucharon estuvieron de acuerdo.

Llegado su día, el cuerpo de la Utz Colel despidió una fetidez tan insoportable que tuvieron que llevárselo muy lejos y enterrarlo muy profundo, aunque nadie custodiaba la lejana tumba ni las más hambrientas y salvajes bestias se atrevían a acercarse para desenterrar algún hueso, sobre la tierra resquebrajada no creció ni flor ni hierba alguna. Furiosa, al darse cuenta de esto, Utz Colel desde su tumba pidió a los dioses regresar al mundo de los hombres disfrazada de Xtabay. Aún hoy vaga en las noches de luna llena por los caminos del Mayab, buscando los hombres que no gozó en vida, para seducirlos, desgarrarles el pecho y robarles el corazón.

No se quien tocó a mi ventana aquella extraña noche si Xtabay o Utz Colel: lo que sí se es que la conciencia dormida de nuestros antepasados se nos muestra en forma de apariciones. Ellos nos susurran desde los derroteros situados entre el sueño y la vigilia, murmuran con el crujir de la arena bajo los pies, con el canto del pájaro, el atronar de los insectos, el suave desplazarse de los peces o las invisibles alas que rasgan el aire de la noche. Nos hablan de nuestros mas secretos terrores y deseos, mostrándonos un mundo más allá de los televisores -que aflora en la penumbra de los bosques, bajo el tibio susurrar de las palmeras, en la llana inmensidad de los desiertos- un mundo profundo, atado y anudado con lazos ancestrales

Texto: La Tatuana.

En Divagaciones Amigas: Conversacion con La Xtabay
En Te Cuento Un Cuento: La bondad de la xtabay

1 Comments:

Blogger Jose Antonio Suarez said...

Estuve buscando información sobre La Mujer Xtabay y me gustó mucho el texto. Me envolvío completamente. Felicidades.

7:42 p. m.  

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