SUCEDIO EN CARNAVAL
La noche de carnaval Ana salió con unas amigas, todas disfrazadas de apaches como una tribu, y juntas recorrieron los pubs del centro bebiendo agua de fuego y bailándole a las lluvias del porvenir. Acabaron en un after hours. Eran las cuatro de la madrugada y la noche ya empezaba a ponerse espesa.“Una más y me voy a casa”, dijo.
Fue a pedir la última copa y, mientras esperaba a que se la sirvieran, aquel chico se le acercó y se acodó en la barra junto a ella. Era muy guapo. Alto, moreno, y con unos ojos claros en los que era imposible no perderse, como un manglar en verde y miel.
Todo fue muy rápido. Charlaron susurrándose al oído con la excusa de que la música estaba demasiado alta, y en cuanto apuraron las copas que tenían en la mano salieron juntos del pub. Ella, ebria y apache, le agarró de la mano y le invitó a subir a su apartamento.
Fue allí cuando, espantada, descubrió que los colmillos postizos que él llevaba no eran postizos. Y que su disfraz de vampiro no era un disfraz.
“De hecho”, dijo él. “Esta es la única noche del año en la que no me tengo que disfrazar”.
Y se sumergió en su cuello de india.
1 Comments:
Cuando menos lo esperas acecha
el viento, al igual que las sorpresas.
Besitos.
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